El lenguaje silbado de Canarias

Visión Histórica

El silbo es el sonido más intenso que una persona puede realizar sin utilizar elementos ajenos a su propio cuerpo, pudiendo alcanzarse los 130 decibelios de intensidad sonora (medidos a un metro de distancia). El uso del silbo como lenguaje viene motivado por la necesidad de comunicación a distancia en una orografía complicada. La mayor distancia a la que puede escucharse y entenderse el silbo se encuentra entre 2 y 3 kilómetros, según el silbador y las características del lugar y el momento. Por esta razón, algunas culturas humanas han sabido convertir las modulaciones del silbo en palabras inteligibles, con el fin de emitir y recibir mensajes a larga distancia. Esto es especialmente útil en sociedades que habitan espacios montañosos, como lo es la de las Islas Canarias, por la dificultad que supone cubrir las distancias a pie.

Los primeros pobladores de este Archipiélago, bereberes procedentes del noroeste de África, fueron los que trajeron a las Islas el lenguaje silbado. Hay constancia de su uso en las zonas montañosas norteafricanas desde la época de Heródoto, siglo V a.C, momento aproximado del poblamiento de Canarias, pero también en fechas muy recientes.

A partir de ese mentado primer poblamiento, los guanches (nombre generalizado para los citados primeros habitantes) siguieron utilizando el silbo en sus actividades cotidianas, posiblemente en todas las Islas. Sobrevivió su uso al hecho traumático que supuso para aquellas personas la conquista y colonización europea de Canarias (siglo XV d.C. en adelante), por la sencilla razón de que continuaba siendo útil. Aquella población de los inicios del XVI fue testigo del cambio en la técnica que supuso el silbar la lengua guanche a la de silbar el español.

El silbo practicado por los canarios resultantes del mestizaje presenta características similares en las diferentes Islas. No obstante, la utilización del lenguaje silbado ha ido menguando por diferentes razones, entre las que destaca el cambio de hábitos socioeconómicos y el desarrollo de los medios de comunicación (precisamente el móvil es uno de ellos, y ahora con esta aplicación le devuelve un poco del protagonismo “robado”), ocurridos durante el transcurso del siglo XX. Y ha sido así hasta el punto de haber desaparecido de la mayoría de las Islas.

Hay vestigios, aún por estudiar en profundidad, de la existencia en el pasado de lenguaje silbado en La Palma y Lanzarote, por lo que no debemos descartar, por tanto, a Fuerteventura. Esta última isla, por otro lado, presenta un topónimo denominado “Montaña del Silbo”. En Tenerife y Gran Canaria, las más pobladas, fue común su uso hasta hace pocas generaciones entre pastores de zonas escarpadas y alejadas de las grandes poblaciones insulares. En El Hierro aún es fácil encontrar buenos silbadores entre los mayores de la Isla, aunque su uso ha retrocedido espectacularmente en los últimos 45 años y, tras más de 2000 años de utilización, se corre el grave riesgo de que desaparezca definitivamente en el próximo decenio.

Pero es en la Isla de La Gomera donde se concentra la práctica actual del silbo en Canarias, con algunas personas mayores que aún lo practican, y con escolares que lo aprenden en clase como materia obligatoria entre primero de Educación Primaria (alumnos de 6 años de edad) y segundo de Educación Secundaria (alumnos de 14 años). Esta particular forma de comunicación ha supuesto también un motivo de orgullo e identidad para los gomeros, que han luchado por su conservación y revalorización, hasta el punto culminante de obtener la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la U.N.E.S.C.O. (30 de septiembre de 2009). Por esto, y con toda justicia, es La Gomera la Isla del Silbo, y la que le ha puesto el ya aceptado apellido al fenómeno: silbo gomero.

En yosilbo.com podrá encontrar grabaciones y más información al respecto.

Características fonológicas

Conoce cómo se comunican silbando

Para lograr entenderse, es necesario que ambos interlocutores conozcan las características fonológicas del silbo, que pueden resumirse de esta manera:

Las vocales

Se diferencian modificando la altura o tono del sonido que se emite (que puede ir de los 1000 a los casi 4000 hercios). La abertura de la mandíbula al silbar cada vocal es similar a la que provoca la misma vocal al hablar. No se puede decir que correspondan a cuatro notas musicales concretas, pues varían según el silbador. Así, el sonido más agudo corresponde a una I, la vocal E sería algo menos aguda, la A es medio grave, y las vocales O y U prácticamente no se distinguen, correspondiendo al sonido más grave.

Las consonantes

El silbador, que utiliza sólo la parte anterior de la boca, intenta imitar las consonantes del lenguaje hablado. Las posibilidades de realizar diferentes sonidos interpretados como consonantes son más limitadas que cuando habla. Lo que consigue es modificar el ataque a la vocal, lo cual es captado y descodificado por el oyente. Hemos detectado cinco modos diferentes con los que realizar todos los fonemas consonánticos del español hablado en Canarias, aunque los buenos silbadores consiguen realizar matices entre algunos de los fonemas consonánticos pertenecientes a un mismo grupo:

Fonema CH: con un silbo similar al sonido de esta consonante se interpretan la T, la S y la CH. Ejemplo: tarde

Fonema B: parecido a este sonido (y cercano a la w) suena al silbarse la B, la F, la M y la P. Ejemplo: botella

Fonema G (como en gato): parecido a este sonido se realizan las consonantes G y J. Ejemplo: Guillermo

Fonema Y: similar se realizan la D, la L, la LL, la Y, la N, la Ñ, la R y la RR. Ejemplo: yunque

Fonema K: tan oclusivo como este sonido se realiza el fonema K, como en casa, kilo o queso. Ejemplo: coche

Consonante en posición implosiva

Las consonantes en posición implosiva o final de sílaba, como la r en comer, se realizan con un breve levantamiento del tono hacia el agudo, como si se tratase de una i breve.

Consonantes intercaladas (líquidas agrupadas)

Las consonantes intercaladas de las sílabas trabadas, como la l en clavo, se interpretan también como una i muy breve. Esto no es extraño, ya que las consonantes que se usan, denominadas líquidas, son la l y la r, que pertenecen al grupo de la Y.

Acentuación

La sílaba tónica generalmente se alarga y acentúa un poco. Esta realización es involuntaria y casi imperceptible, pero ayuda a diferenciar palabras como camino y caminó, o hacia y hacía.

Diptongos

Es curiosa la realización frecuente de diptongos como hiatos. Por ejemplo, para silbar piano se suele silbar la i un poco más larga, resultando tres sílabas silbadas (pi-a-no) por dos si se ejecuta hablada (pia-no). Esto permite destacar las vocales (a fin de cuentas, lo más importante en la comprensión del lenguaje silbado) y diferencia palabras como piano y plano, donde la l sí que se silbaría como una i muy breve, como hemos dicho.

Como vemos, el lenguaje silbado es de mayor dificultad de comprensión que el lenguaje hablado, pues reduce sus posibilidades fonéticas. Para salvar estas dificultades añadidas, los interlocutores se silban preguntas y respuestas aclaratorias, se ayudan del contexto de lo que se esté tratando, y usan sinónimos de más fácil comprensión silbada. Como ventaja, nos permite la comunicación a mayor distancia.

Recomendaciones para silbar

Emitir un silbo correcto y potente

Aquí tienes algunas recomendaciones para lograr un silbo correcto y potente, fundamental para lanzar mensajes silbados. Debes saber y recordar que cada persona tiene su propia anatomía, por lo que es posible que no necesites alguno de estos puntos, o que debas hacer justo lo contrario de lo que se recomienda:

Echa la mandíbula inferior un poco hacia adelante.

Fórrate los dientes con los labios.

La lengua posada en la boca, no la vires hacia arriba.

Si introduces algún dedo o varios en la boca, procura que empujen la lengua hacia el fondo de la boca (profundidad variable), apoyándolos entre la punta y el centro de la lengua. De esta forma se crea una cámara de aire por detrás de tus dientes de abajo, que es fundamental para el recorrido del aire. Si pretendes silbar sin dedos, crea esa cámara con tu lengua recogida y forma un canal de aire doblando la lengua por el centro.

Los cachetes hay que ponerlos rígidos, tensos, sobre todo si silbas con un único dedo doblado (el cachete y la comisura labial del lado contrario al dedo), con lo que consigues que el huequito por el que sale el aire sea menor.

Si tratas de silbar con un único dedo, recomendamos que sea de la mano derecha si eres diestro, o de la izquierda si eres zurdo.

Sopla con diferentes fuerzas, para probar, intentando emitir el aire desde la zona inferior de los pulmones (respiración abdominal, apretando la barriga).

Puede ser conveniente ir probando con diferentes posiciones y diferentes dedos. Incluso con la misma, pero moviendo el/los dedo/s de posición, profundidad, orientación, variando incluso la posición del brazo.

Recuerda que lo que produce el silbo es la vibración de una parte del labio inferior.

Si consigues emitir un silbo, intenta fijarlo (que te salga cada vez que quieras) y trata de conseguir que todo el aire que salga sea de sonido silbado, que no se te escape aire inútil. Gradualmente trata de aumentar la potencia del silbo, y luego, poco a poco, intenta ir variando el tono, consiguiendo hacerlo más agudo o más grave.

Ánimo y paciencia, que esto no es fácil. No hay un plazo de tiempo determinado para que lo consigas. Seguramente es la principal dificultad que te vas a encontrar en cuanto a la emisión del lenguaje silbado.

Posiciones de los dedos