Geolingüística de los lenguajes silbados del mundo, con un enfoque en el español silbado.

 

Artículo publicado en la prestigiosa revista francesa Géolinguistique por d. Julien Meyer y d. David Díaz Reyes.

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Apuntes fonológicos del lenguaje silbado de Canarias

A partir de nuestros estudios teórico-prácticos sobre el lenguaje silbado en diferentes islas de Canarias (los resultados son similares entre ellas), hemos definido sus aspectos fonológicos básicos. Logramos precisar detalles inéditos que habían pasado desapercibidos en estudios anteriores, y que publicamos por primera vez en 2008 en nuestro libro “El lenguaje silbado en la Isla de El Hierro”. A continuación pasamos a resumir aquellos resultados, como primer acercamiento a todo aquel interesado.


 

Las vocales

Se diferencian modificando la altura o tono del sonido que se emite (que puede ir de los 1000 a los casi 4000 hercios). La abertura de la mandíbula al silbar cada vocal es similar a la que provoca la misma vocal al hablar. No se puede decir que correspondan a cuatro notas musicales concretas, pues varían según el silbador. Así, el sonido más agudo corresponde a una I, la vocal E sería algo menos aguda, la A es medio grave, y las vocales O y U prácticamente no se distinguen, correspondiendo al sonido más grave.

Las consonantes

El silbador, que utiliza sólo la parte anterior de la boca, intenta imitar las consonantes del lenguaje hablado. Las posibilidades de realizar diferentes sonidos interpretados como consonantes son más limitadas que cuando habla. Lo que consigue es modificar el ataque a la vocal, lo cual es captado y descodificado por el oyente. Hemos detectado cinco modos diferentes con los que realizar todos los fonemas consonánticos del español hablado en Canarias:

  • CH: con un silbo similar al sonido de esta consonante se interpretan la T, la S y la CH.
  • B: parecido a este sonido suena al silbarse la B, la F, la M y la P.
  • G (como en gato): parecido a este sonido se realizan las consonantes G y J.
  • Y: similar se realizan la D, la L, la LL, la Y, la N, la Ñ, la R y la RR.
  • K: tan oclusivo como este sonido se realiza el fonema |k| como en casa, kilo o queso.

Consonante en posición implosiva

Las consonantes en posición implosiva o final de sílaba, como la r en comer, se realizan con un breve levantamiento del tono hacia el agudo, como si se tratase de una i breve.

Consonantes intercaladas (líquidas agrupadas)

Las consonantes intercaladas de las sílabas trabadas, como la l en clavo, se interpretan también como una i muy breve. Esto no es extraño, ya que las consonantes que se usan, denominadas líquidas, son la l y la r, que pertenecen al grupo de la Y.

Acentuación

La sílaba tónica generalmente se alarga y acentúa un poco. Esta realización es involuntaria y casi imperceptible, pero ayuda a diferenciar palabras como camino y caminó. No sucede siempre.

Diptongos

Es curiosa la realización frecuente de diptongos como hiatos. Por ejemplo, para silbar piano se ejecutaría la i un poco más larga, resultando tres sílabas silbadas (pi-a-no) por dos si se ejecuta hablada (pia-no). Esto permite destacar las vocales (a fin de cuentas, lo más importante en la comprensión del lenguaje silbado) y diferencia palabras como piano y plano, donde la l sí que se silbaría como una i muy breve, como hemos dicho.

Como vemos, el lenguaje silbado es de mayor dificultad de comprensión que el lenguaje hablado, pues reduce sus posibilidades fonéticas. Para salvar estas dificultades añadidas, los interlocutores se silban preguntas y respuestas aclaratorias, se ayudan del contexto de lo que se esté tratando, y usan sinónimos de más fácil comprensión silbada. Como ventaja, nos permite la comunicación a mayor distancia.

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El Lenguaje silbado – Estudio histórico-etimológico

El texto que se reproduce a continuación es un fragmento correspondiente a la introducción de la obra:

Reyes García, Ignacio. 2004. El habla de los antiguos gomeros. Estudio histórico-etimológico. S/C de Tenerife: Foro de Investigaciones Sociales.


2.3 Lenguaje silbado

Sin duda, la peculiaridad más extraordinaria del lenguaje is­leño actual reside en el silbo. Ciertos rasgos internos y unas pocas referencias etnohistóricas inducen a pensar que esta forma de ex­presión pertenece a la antigua herencia amazighe.

Aunque todo el paralelo continental que se ha podido aducir hasta ahora procede de un dato bastante inconcreto: «It is said that there is a tribe in the Atlas Mountains which talks in the same way. […] The writer does not know the name of the tribe in question» (Brown 1898: 170).

No obstante, las crónicas francesas de la conquista de Canarias ya advirtieron una contingencia curiosa: «[…] et est le pais habite de grant peuple qui parlent le plus estrange langage de tous les autres pais de pardessa et parlent des baulieures ainssi que si fus­sent Sans langue […]» (LC (LXVII: 47v.) 2003: 335)1. Más tarde, a finales del siglo XVII, es el médico Marín de Cubas quien re­coge, en el relato de la conjura contra Peraza, la mejor y más anti­gua reseña del uso comunicativo de esta práctica:

[…] despues de una hora salio afuera la vieja â el siluo que dio un Ganadero frontero de unos riscos, y era un sobrino Primo hermano de Yballa, llamado Pedro Hauta Cuperche, y dixo â el sobrino anda avisarles que vengan, y esto en su lengua; volviose ala Cueba ala visita del huesped, y siendo ia medio dia resonò encima del risco un grandioso silvo â el qual salio la vieja otra vez, y dixo dentro esta; y luego resonaron muchos y repetidos silvos de que Yballa se asustò y le dixo â Hernan Peraza estos mis parientes te quieren ò matar, ò prender huie, […] [Marín 1694: 63v].

A juzgar por las características que hoy se conservan de este sis­tema de comunicación, posee «la estructura básica de un len­guaje natural y sirve para su sustitución» (Trujillo 1978: 7). Por tanto, como cualquier lenguaje articulado, se configura sobre un repertorio de unidades expresivas distintas que se combinan para formar elementos con significado (semantemas). Ahora bien, las limitaciones físicas que impone el aparato emisor condicionan los contrastes fonológicos posibles, pues «el silbo sólo admite diferen­cias de altura tonal (grave / agudo) o diferencias relativas al carácter continuo o discontinuo de la línea melódica (continuo / interrupto)» (Trujillo 1978: 8).

Esta situación restringe el caudal fonemático realizable a dos vo­cales y cuatro consonantes. Si consideramos sólo el timbre y el tono de los sonidos, obtenemos el siguiente agrupamiento de los fonemas básicos en la lengua amazighe:

– vocales graves: /a, u/;

– vocales agudas: /i/;

– consonantes graves: labiales /b, f, m/ y posteriores /g, ɦ, ћ, k, ʁ, q, χ, w, ʕ/;

– consonantes agudas: dentales /d, l, n, r, s, t, z/ y paladiales /ʃ, j, ʧ, ʤ, ɲ, ʒ/.

Si a esta diferenciación le añadimos la variable articulatoria, el resultado teórico, que no empírico, queda como sigue:

– consonantes graves continuas: /f, m, ɦ, ћ, ʁ, χ, ʕ/;

– consonantes agudas continuas: /l, n, r, s, z, ʃ, ʒ/;

– consonantes graves interruptas: /b, g, k, q/;

– consonantes agudas interruptas: /d, t, ʧ, ʤ, ɲ/.

Teniendo en cuenta que mediante el silbo se reproduce la len­gua corriente, es posible que este esquema sufriera algunas varia­ciones prosódicas. Por ejemplo, incluyendo la consonante /b/ en­tre las graves continuas /b, f, m/ o la consonante /d/ entre las agu­das continuas, cambios fonéticos atestiguados en las manifestacio­nes insulares y continentales de la lengua amazighe. Pero, con todo, reúne un inventario suficiente de oposiciones para componer mensajes inteligibles, acaso sin mucho mayor esfuerzo que el ne­cesario para deletrear la escritura (preferentemente consonántica).

1 El fragmento dice: «Está habitada por mucha gente que habla el más extraño lenguaje de todas las regiones de esta parte, pues hablan con los bezos como si carecieran de lengua» [ibídem].

Aspectos fonológicos y fonéticos de los lenguajes silbados.

Annie RiallandLos lenguajes silbados son sistemas de comunicaciones que permiten una transmisión abierta de mensajes, mediante la transposición de algunos aspectos acústicos de las lenguas que le sirven como fuente.

Los hay de 2 tipos:

  • Los que están basados en lenguas no tonales, que transponen patrones de tipo F2 (formante 2) basados en elementos acústicos de diferente frecuencia.
  • y los basados en lenguajes tonales (tipo F0) que simplemente transponen las melodias de tonos.

Este artículo examina las características foneticas de ambos tipos de lenguajes silbados, con el objetivo de mostrar sus principales similitudes y diferencias.


La primera se basa en variaciones de frecuencias para la transposición, mientras que la segunda está basada en distintos tonos.

Lo que es común a ambos es el papel central que juega la modulación en amplitud, que constituye un marco en el cual están definidos los límites de los segmentos y donde se distinguen las principales clases de segmentos.

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El lenguaje silbado en la Isla de El Hierro

AmadeoEs una maravilla: incluso en nuestros días podemos escuchar dos personas comunicándose a gran distancia por medio del silbo. Todas las indicaciones muestran que se trata de una manifestación cultural que procede de la población aborigen canaria. Los guanches, utilizando este nombre generalizado para el antiguo habitante de Canarias, utilizaban la técnica del silbo en las Islas, pero partiendo de su lengua de origen amazigh (bereber), ya desde antes de la llegada de los europeos.


El lenguaje silbado que aún pervive en la isla canaria de La Gomera procede, con toda seguridad, de los primeros pobladores de las Islas Canarias. Aún está por comprobar, aunque parece lo lógico, que trajeran este curioso sistema de comunicación de su lugar de origen, el norte de África, donde habitaban las etnias bereberes. El HierroAparte de en La Gomera, el lenguaje silbado se utilizaba con certeza documentada en las islas de El Hierro, Tenerife y Gran Canaria, siendo muy probable su uso también en La Palma. No se descarta su primitiva utilización en Fuerteventura y Lanzarote, solo que no se dispone de constancia alguna de tal fenómeno en estas islas. La realidad y la lógica hacen pensar que su mejor conservación en La Gomera se debe a lo escarpada de su orografía, su aislamiento histórico y la cantidad de población aborigen que sobrevivió a la conquista europea.

Durante sus Cinco años de estancia en las Islas Canarias en la década de 1880, René Verneau menciona la comunicación con el silbo en El Hierro. Sin embargo, la primera ocasión en la que se escribe algo explícito sobre este fenómeno en la Isla del Meridiano sucede en 1891, cuando el francés Joseph Lajard habla de un lenguaje silbado usado en La Gomera y El Hierro en un artículo llamado “Le langage sifflé des Canaries”, el lenguaje silbado de Canarias, en el Bulletin de la Société d`Anthropologie de Paris, II. Este investigador hizo una simple descripción del fenómeno, sin establecer las diferencias entre ambas Islas y sin profundizar en sus características. No obstante, sus conclusiones no van nada desencaminadas, ya que establece su origen en los primeros pobladores del Archipiélago, comenta que se trata de un lenguaje construido sobre la base de una lengua natural, y que en definitiva consiste en lengua española silbada con una técnica con posibilidades comunicativas muy limitadas. Fue Joseph Lajard el primero en acuñar la correcta denominación del fenómeno como el lenguaje silbado de Canarias.

Amadeo Quintero Padrón, silbador herreño

Más recientemente, en 1991, el profesor Maximiano Trapero comentó (en un breve artículo en el diario La Provincia) que al menos hasta ese entonces la costumbre de silbar pervivía de manera muy residual entre algunos viejos pastores de La Dehesa, zona pastoril comunal en El Hierro. Igual que ya había hecho el citado Joseph Lajard un siglo antes, Trapero observó similitudes entre el silbo en La Gomera y en El Hierro. La existencia de este fenómeno también en la Isla del Meridiano fue registrada igualmente por Robert Ricard en 1932 (“A propos du langage sifflé des Canaries”), por Buenaventura Bonnet y Luis Álvarez Cruz en 1953 (El lenguaje silbado en La Gomera, pp. 19-24 y 35-40), y por la profesora María de la Cruz Jiménez en 1993 (El Hierro y los Bimbaches, pág. 109). Mención especial merece el trabajo El pastoreo en El Hierro. La manada de ovejas (2002. págs. 106, 107), del Dr. Manuel J. Lorenzo Perera, donde habla escuetamente del lenguaje silbado antiguamente usado en El Hierro como instrumento de utilidad de los pastores de la Isla, tanto para comunicarse entre ellos como con los animales.

Nunca antes se había realizado un verdadero estudio del lenguaje silbado en la Isla de El Hierro. Por eso en 2005 decidimos emprender este cometido, más que nada por los datos que se nos habían presentado de manera casual al hablar con algunos mayores de la Isla, y tras haber leído y oído lo que hasta ahora se había pensado: que la comunicación silbada en El Hierro había desaparecido completamente hacía unos cien años. Tras preparación previa iniciamos un periodo de entrevistas y trabajo de campo que abarcó entre 2006 y 2007, recogiendo muchos datos interesantes. Conseguimos encontrar personas que aún se acordaban y podían silbar. Al mismo tiempo, obtuvimos valiosa información de personas de edad muy avanzada (por ejemplo, de don Juan Antonio González Rodríguez, de 103 años, y de doña María Castañeda Brito, de 98, ambos ya fallecidos) que nos hablaron del silbo herreño y sus especificidades.

Antonio Gutiérrez Padilla, silbador herreño

El silbo de la Isla de El Hierro es un lenguaje sustitutivo del hablado, en este caso, del español hablado en la Isla, del que posee su estructura básica. Tiene un sistema fonológico propio, independiente del que está sustituyendo. Está doblemente articulado, lo que quiere decir que existe una primera articulación en palabras (unidades con significado), y una segunda articulación en unidades indivisibles mínimas sonoras, los fonemas, esto es, cada uno de los sonidos diferentes. En otras palabras, posee vocales modificadas por consonantes que a su vez forman palabras dotadas de significado. El silbo herreño es un sistema tonal, ya que el significado de lo silbado varía en función de la altura o tono del sonido emitido. Es similar al silbo gomero en su estructura fonológica, pero posee unos pocos rasgos diferenciados, irrelevantes para la comunicación, que lo identifican claramente. La diferencia entre ambos silbos puede compararse a la que existe entre los estilos de hablar el castellano en El Hierro y en La Gomera. Podemos concluir con certeza que el silbo gomero y el silbo herreño son dos dialectos de un mismo lenguaje. No creemos que el silbo de una isla proceda de la otra, sino más bien que en ambas se dieron los mismos procesos históricos y culturales que permitieron la pervivencia de este fenómeno hasta nuestros días. Puesto que el lenguaje silbado también existió en otras Islas de Canarias (seguro en Tenerife y en Gran Canaria) y que los contactos entre éstas se consideran prácticamente inexistentes en aquellos tiempos, concluimos que los aborígenes canarios habían importado esta técnica de comunicación a distancia desde la cercana costa de África, de donde procedían. Probablemente el lenguaje silbado fue (y, tal vez, es) usado en las regiones montañosas del Atlas.

El hablar con silbos empezó a caer en desuso en El Hierro hace más de 40 años, alrededor de 1965. Desde entonces, siguió perviviendo algo más de tiempo de manera cada vez más residual. Todavía en noviembre de 2006 escuchamos silbar en El Hierro, sin que tuviese que ver con el contexto de nuestra investigación, al tristemente fallecido en abril de 2007 Antonio Gutiérrez Padilla. No obstante, todavía son muchos los que lo recuerdan, y unos pocos aún son capaces de silbar con claridad.

Fidel Padrón González, silbador herreño

Son muchas las características y conclusiones que se pueden extraer de este lenguaje silbado de la menor de las Islas Canarias. Nuestro trabajo de investigación sobre el tema se presentará oficialmente en Valverde el día 17 de noviembre de 2008 editado por el Excmo. Cabildo Insular de El Hierro. Empezamos por un recorrido histórico de lo que se ha escrito sobre esta forma de comunicación, seguido del contenido de las entrevistas y acabando con un análisis fonológico del silbo. Por medio, hacemos comparaciones con el silbo gomero (mejor conservado y estudiado), y proponemos un sistema de aprendizaje y de recuperación de este particular medio de comunicación. Este libro, que contiene un interesante CD, muestra cómo ha sido y es el lenguaje silbado en la Isla de El Hierro.Para concluir, se adjuntan dos audios con ejemplos de silbo herreño:

1. Fidel Padrón González silba ‘David, ven a comer’. {play}galeria/audios/Silbo_Hierro/Fidel_David_ven_a_comer.mp3{/play}
2. Amadeo Quintero Padrón silba ‘Conchi, ábreme la puerta’. {play}galeria/audios/Silbo_Hierro/Amadeo_Conchi_abreme_la_puerta.mp3{/play}

Bibliografía.

DÍAZ REYES, D. (2008). El lenguaje silbado en la Isla de El Hierro. Excmo. Cabildo Insular de El Hierro. Santa Cruz de Tenerife.

TEJERA GASPAR, A Y NAVARRO MEDEROS, J. F. (2003). “El lenguaje silbado en las culturas aborígenes de las Islas Canarias y su origen norteafricano”. Ponencia presentada en el I Congreso Internacional de Lenguajes Silbados, celebrado en La Gomera del 23 al 25 de abril de 2003.

TRUJILLO CARREÑO, R. (2006). El silbo gomero. Nuevo estudio fonológico. Edición bilingüe español-inglés. Academia Canaria de la Lengua.

(articulo publicado originalmente en www.bienmesabe.org 12/11/2008)

Silbidos de La Gomera en el cerebro

Artículo de Alicia Rivera para el periódico El País donde analiza un estudio realizado por Carreiras, M. Lopez, J. Rivero, F. y Corina, D. publicado en Nature donde estudian las áreas del cerebro implicadas en el lenguaje silbado.


Los pastores de La Gomera, en Canarias, tienen de antiguo un lenguaje propio para comunicarse a grandes distancias por el escarpado terreno isleño. Es el silbo gomero, con cada vez menos practicantes duchos y en peligro de extinción. Con dos vocales y cuatro consonantes, los silbidos de diferentes tonos se engarzan en palabras que, en el debido contexto, permiten a los conocedores transmitir información muy útil, como si de milenarios mensajes de telefonía móvil se tratase.

Silbador de La Gomera - NATURE

La última curiosidad sobre este lenguaje de silbidos se descubre hoy en la prestigiosa revista científica Nature: unos investigadores de Canarias han descubierto que en el cerebro de los silbadores gomeros, al emitir los silbidos, se activan exactamente las mismas zonas implicadas en el lenguaje hablado o incluso el lenguaje por señas de los sordos.

Manuel Carreiras, del Departamento de Psicología Cognitiva de la Universidad de La Laguna, y sus colegas han utilizado técnicas de imagen que permiten captar el cerebro en funcionamiento para estudiar a los silbadores mientras practican el silbo y mientras hablan español. «Nuestros resultados muestran que las regiones temporales del hemisferio izquierdo que normalmente se asocian con las funciones del lenguaje hablado están activadas durante la práctica del silbo en silbadores experimentados», explican en Nature.

Otras regiones del lóbulo frontal del cerebro también responden, incluyendo las que se activan en respuesta a los signos visuales que utilizan las personas sordas. Pero quienes desconocen el silbo no manifiestan la misma actividad en las zonas del cerebro asociadas al lenguaje aunque oigan los silbidos. La cuestión es que el silbo tiene una función de comunicación y, por tanto, quienes lo dominan lo procesan en el cerebro como un lenguaje, aunque se trate de silbidos y de una forma inusual de hablar prestada del español, señalan Carreiras, Jorge López, Francisco Rivero y David Corina.

Esta investigación demuestra la versatilidad del cerebro humano en los modos de comunicación en los que se especializa, concluyen los científicos.

El silbo, por peculiar que resulte para el profano, no es el único lenguaje de silbidos que se conoce. En el Congreso Internacional de Lenguajes Silbados que se celebró en 2003, precisamente en La Gomera, se abordaron algunos otros conocidos, por ejemplo en México, en Marruecos, en Turquía y en Francia, aunque sean diferentes del canario.

Las autoridades canarias emprendieron hace unos años diversas actuaciones en defensa del silbo, desde promocionar lecciones para nuevos practicantes hasta luchar por la declaración del silbo por la Unesco como obra maestra del Patrimonio Inmaterial y Oral de La Humanidad.